Es común escuchar a las mujeres decir de su pareja:
· *Mi hombre es un desidioso, todo lo deja para
después y luego se le olvida y no lo hace.
· * A mi marido hay que estarlo acarreando para que
haga las cosas.
· * A mi esposo, cuando llega a la casa, sólo le
interesa sentarse en su sillón a ver la televisión y no lo hago que me ayude;
siempre me dice: “¿cuál es la prisa? Mañana lo hago”. Pero ni mañana ni nunca
lo hace.
· * Mi marido es un profesionista muy inteligente de
mucho éxito, pero ¿por qué en la casa es un inútil? (Jesus Amaya Guerra, 2005)
Por su parte, es común escuchar a los hombres quejarse de su
pareja:
·
* ¿Por qué quiere mi mujer que todo sea para
ahorita y no puede esperarse para más tarde o mañana?
· *Mi mujer es peor que mi jefe; en cuanto llego a
la casa me da toda la lista de pendientes que tengo que hacer inmediatamente.
· * ¿Por qué se enojan si dejamos las cosas para
después? Son exageradas.
· *Prefiero quedarme más tarde en el trabajo o
decirle que tengo que ir a la oficina el sábado, porque no aguanto sus hormonas
y además, me quiere traer de mandadero.
*La neurociencia determina que el cerebro de la mujer es
mucho más activo e intenso que el del hombre. (Jesus Amaya Guerra, 2005)
¿POR QUÉ LOS HOMBRES SON DESIDIOSOS Y LAS
MUJERES OBSESIVAS?
Una
parte muy importante del sistema límbico es el ganglio basal. Su funcionamiento
más importante es relacionar el pensamiento con la acción, o la cognición con
el movimiento. En otras palabras, relaciona el pensamiento con el hacer. En
general, este ganglio basal, es más activo en las mujeres que en los hombres.
Por ejemplo, cuando un hombre le dice a su mujer: “Vieja, estoy cansado, me voy
a dormir”. ¿Cuánto tiempo pasa entre que lo dice y empieza a roncar? Según la
mayoría de las mujeres, después de unos segundos el viejo ya duerme
profundamente. Los hombres lo justificamos diciendo: “Es que nosotros tenemos
la conciencia tranquila”. Por su parte, ¿Cuánto tarda una mujer en conciliar el
sueño después que le dice a su marido que se va a dormir? La mayoría de los
hombres coincide que tarda no minutos, sino hasta horas. Esto se debe que su
ganglio basal trabaja más intensamente que el del hombre. (Jesus Amaya Guerra, 2005)
Por lo general la mujer. Tarda más tiempo en
dormirse, ya que su cerebro no suspende sus actividades cognitivas ni siquiera
al final del día. En el momento de acostarse para dormir, su cerebro sigue
trabajando: revisa las actividades hechas durante el día y las que tiene
pendientes. Si a la hora de dormir recuerda que dejó la ropa en la secadora,
inmediatamente se levanta, se dirige al área de lavado, separa la ropa, la
dobla y la guarda, y es probable que incluso realice otros quehaceres
pendientes, aprovechando que se levantó. Después de dos horas nuevamente decide
irse a dormir, pero recuerda que no ha hecho el lonche de sus hijos para la
escuela y nuevamente se levanta y lo prepara. La mujer no podrá dormir hasta
que su cerebro esté seguro de que no hay pendiente o incompleto por hacer. En
cambio, si el hombre al acostarse se acuerda de que dejó la ropa en la secadora
y no hizo el lonche de sus hijos para la escuela, no se mortifica y piensa:
“Mañana lo hago.” Su ganglio basal no le exige convertir en acciones sus
pensamientos, como ocurre en la mujer, y con frecuencia esto es causa de
fuertes conflictos entre la pareja. La mujer espera que el cerebro masculino
responda en forma energética e inmediata a sus obligaciones domésticas, como
reparar algunos desperfectos de la casa o lavar los automóviles, especialmente
los fines de semana, pero el hombre en realidad está esperando encontrar un
espacio tranquilo en el hogar para recuperarse del estrés acumulado en su
trabajo. (Jesus Amaya Guerra, 2005)
El doctor
Deater-Deckard (1999) afirma que los niños requieren de mayor disciplina para
que logren el pleno desarrollo de sus habilidades cognitivo-sociales, y en
cambio, las niñas sólo necesitan una palabra de persuasión o de sugerencia para
que su cerebro sea capaz de convertir sus pensamientos en acciones.
El
doctor Deater-Deckard (1999) manifiesta que niños varones requieren de vez en
cuando de una voz más firme para que su cerebro se active y reaccione a los
requerimientos y responsabilidades de su medio. En las niñas, en cambio, este tipo
de disciplina rígida puede provocar efectos negativos en su desarrollo
emocional. El cerebro de la niña reacciona más positivamente en un ambiente
cálido y de confianza. La niña no requiere de amenazas o de coacciones para que
se porte bien o cumpla con sus obligaciones. El sentimiento influye tan fuerte
en el cerebro femenino que por lo común evitará defraudar o lastimar a sus
seres queridos y por ello sea suficiente sólo con una llamada de atención de
forma amable.
El
cerebro del hombre, para estar activo y sano, requiere ser reconocido y
necesitado. Por ello, la mujer debería buscar actividades propias y únicas que
su pareja pueda realizar con éxito y le permitan ser reconocido: “Tú eres el
único que entiendes matemáticas y puedes ayudar a tu hijo con la tarea,” o “Tú
eres el único al que le sale rica la salsa picante; ¿la puedes preparar para la
cena?” o “Tú eres el único que sabe asar bien la carne”. En todos estos
comentarios, la mujer reconoce las competencias de su marido y lo hace sentir
necesario; que nadie podrá hacerlo como él. El hombre, si no es requerido y
respetado en el hogar, buscará en su trabajo refugio. Trabajará horas extra y
buscará excusas para trabajar los fines de semana. (Jesus Amaya Guerra, 2005)
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